En un giro inesperado en los tribunales de Sevilla, el reconocido rapero mallorquín José Miguel Arenas Beltrán, artísticamente conocido como Valtònyc, ha asumido su responsabilidad en un suceso que causó conmoción y debate.
En un concierto en Marinaleda, Valtònyc incitó a los asistentes con palabras que incluían un llamado a la violencia contra la Guardia Civil. Este acto, que data del 31 de marzo de 2018, ha llegado a una resolución judicial este 21 de noviembre.
Condena de dos años más pago de costas por amenazas graves
En una audiencia llevada a cabo por la Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla, se ha llegado a un acuerdo entre las partes involucradas. Inicialmente, la Fiscalía y la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), actuando como acusación particular, solicitaban una sentencia de cuatro años de prisión y una multa económica para el rapero. No obstante, tras las negociaciones, se ha reducido la petición a dos años de cárcel, además del pago de costas procesales, por el delito de amenazas graves, teniendo en cuenta la reincidencia y el arrepentimiento mostrado por Valtònyc.
Valtònyc arrepentido por sus comentarios
Durante el juicio, Valtònyc admitió que sus comentarios durante el concierto fueron inapropiados y ofensivos, reconociendo el impacto negativo de sus palabras y ofreciendo disculpas públicas por sus acciones.
En un movimiento estratégico de su defensa, se ha solicitado la suspensión de la pena de prisión, argumentando el notable arrepentimiento del rapero y el cambio significativo en su persona desde aquel entonces. La defensa subraya que José Miguel Arenas Beltrán ha evolucionado y ya no representa la misma figura que en aquel incidente. Interesantemente, tanto la Fiscalía como la AUGC no han mostrado oposición a esta petición de suspensión.
El tribunal, que tiene la última palabra en este asunto, ha decidido posponer la resolución sobre la suspensión de la pena hasta la fase de ejecución de la sentencia, teniendo en cuenta los argumentos presentados por la defensa de Valtònyc.
La comunidad artística y los seguidores del rapero aguardan con interés la próxima fase de este caso, que ha abierto debates sobre la libertad de expresión y las consecuencias legales de las palabras pronunciadas en el escenario.
