Granadino de adopción, sigue de cerca polémicas como las de río Castril o la presa de Rules

José Luis Mendoza / Granada
Pedro Arrojo nació en Madrid pero al poco se trasladó a Granada, donde pasó su infancia y adolescencia. Es profesor emérito del Departamento de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza y, desde 2020, es el Relator Especial para los derechos humanos al agua potable y al saneamiento por Naciones Unidas. Es quizás uno de los hombres más informados sobre la situación del agua en todo el mundo, pero además, como granadino de adopción, también sigue de cerca polémicas como las de río Castril o la presa de Rules.
-En la Costa está el caso paradigmático de la presa de Rules, la llamada mayor piscina de Europa. ¿Qué opinión tiene de la situación de parálisis de sus conducciones?
-Ahí hay un acuífero que no da para más y que da sustento a todos esos cultivos de aguacate y mango. Eso hay que controlarlo, hay una gran riqueza si se se sabe administrar, pero para que sea sostenible tiene que ser limitado porque nada es infinito. El embalse de Rules puede abastecer a parte de estos regadíos, pero cuidado, porque cuando más agua hay disponible surgen el triple de proyectos. El regadío es muy importante, pero debe ser sostenible, hay que frenar los excesos de ambición que condenan a los recursos hídricos, que pueden generar mucha riqueza pero que se pueden quebrar por un exceso de ambición.
–¿Y respecto al trasvase del río Castril?
-Está en marcha el contrato de río en el Altiplano, es una gran ocasión. A través del diálogo se solucionan las cosas y en Castril y el Alto Guadiana Menor hay un diálogo que debería apoyar la Confederación. Hay una propuesta muy razonable, el agua subterránea es de más calidad y más accesible y debe ser prioritaria para el consumo agua. El agua de boca debe ser la prioridad y a esto se debe dedicar el estupendo acuífero de Baza. Para el regadío tenemos el embalse del Negratín, dejemos desembocar al río Castril y tomemos en todo caso el agua de urgencia mientras se soluciona el problema de sobreexplotación. Está la tubería hecha desde el final del Castril hasta los depósitos de Baza para casos de emergencia, es de menor calidad que la de la cabecera del río, pero es buena calidad, es la que bebe Almería. Esto permitiría salvar al río Castril, que es la joya, el río mejor conservado y que puede ser la base de un turismo de naturaleza, algo que ya entienden muchos regantes. Lo que hay hoy en día son regadíos que están sobreexplotando los acuíferos, pero se podría llegar a un acuerdo para tomar 15 o 16 hectómetros cúbicos del Negratín para estos regadíos, legalizarlos pero no a base de sobrexplotar los acuíferos. Yo animo a Baza a que prosiga con este diálogo, es factible un acuerdo del que todo el mundo se sentiría orgulloso. Granada puede llegar a un acuerdo ejemplar en el Altiplano sin quebrar esa joya del río Castril.
–¿Son sostenibles los regadíos en zona de secano?
-En general recomiendo a los gobiernos ser prudentes con el crecimiento de los regadíos. Estamos en perspectiva de un cambio climático y en todo caso vamos a tener entre un 20 y un 40% menos de agua, podemos tener embalses, pero estarán vacíos. En estos momentos sobreexplotar un acuífero, del orden de tres veces más de consumo del que se tiene reconocido en la serranía de Baza, es algo que hay que arreglar, no podemos ir así a las futuras grandes sequías que vendrán por el cambio climático. En el caso de las nacrogranjas hay un decreto que está en marcha por el que no se pueden tener más de 850 cabezas de ganado. Europa nos dice que no hay tecnología para tratar los orines de tantas cabezas de ganado, se trata de hacer una ganadería, de ganaderos reales, más dispersa, para que el purín se pueda integrar en el entorno de la granja como abono. Sé de lo que hablo porque llevo años estudiando esto y no hay tecnologías que impidan a las macrogranjas contaminar el entorno.
-¿Cuál es la situación de España respecto a los derechos del agua?
-España, a nivel global, se sitúa junto a Alemania como el líder en la defensa a nivel mundial de los derechos humanos respecto al agua. Fue España la que llevó al Consejo de Derechos Humanos la creación de esta relatoría. A Alemania y a España se les reconoce esto a nivel mundial. España es un país con muchos problemas, pero con una gran tradición en cuanto a la gestión del agua, es el primer país que crea las confederaciones y la situación es de luces y sombras. Hay muchos aspectos positivos, mucho conocimiento, pero también una dificultad para que prevalezca el buen estado de nuestros ríos y acuíferos como una obligación legal. Estamos en el buen camino, con una normativa europea muy avanzada, así que estamos en un momento en el que está en manos del Parlamento español el reconocer los derechos humanos de acceso al agua.
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