El PP ya denunció esta semana la situación de estos establecimientos

Esta misma semana, el portavoz del PP en el Ayuntamiento, César Díaz, ponía el foco en los locales de kebabs de la calle Pedro Antonio Alarcón exigiendo un mayor control de estos establecimientos porque el alcalde Francisco Cuenca estaba “mirando para otro lado”. La moción de los populares se aprobó el pleno del viernes y, unas horas más tarde, la Policía Local inspeccionaba cinco de estos locales en la calle Elvira, teniendo que clausurar cuatro de ellos y tirando kilos y kilos de comida insalubre a la basura, comida en mal estado que de otra manera habría acabado en el estómago agradecido de los clientes con un peligro real para la salud.
No se trata de criminalizar a ningún negocio, aunque también se investigaron bares tradicionales y ninguno fue cerrado, pero llama la atención que haya tenido que ser la oposición la que pusiera el foco ante la situación de degradación y que en tan poco tiempo se haya comprobado que muchos de estos locales eran, además, un foco de insalubridad.
Lo de vender titulares a cascoporro y etiquetas de Granada ciudad de todo lo imaginable está bien como estrategia de marketing, pero gestionar una ciudad se basa sobre todo en las pequeñas cosas, en que la ciudad esté limpia y que ciertos locales no se saltan a la torera todas las normas mínimas de higiene y convivencia.
César Díaz propuso a mediados de esta semana crear un plan especial en el entorno para revisar las licencias y declaraciones responsables de todos los establecimientos para ver si se ajustan a la legalidad; realizar inspecciones periódicas para garantizar la calidad y el buen cumplimiento de las medidas sanitarias de los alimentos; actuar sobre los horarios de cierre y comprobar aforos, distancias de seguridad, uso de mascarillas, o la venta de bebidas a menores.
Y unos días después la realidad, esa que a algunos les molesta, ha dado la razón a la propuesta de los populares.
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