Luis Miguel Rodríguez Garzón
Nuestro alcalde, Paco Cuenca, lleva de nuevo varios meses en el cargo, y … ¡ todavía no ha ido a Nueva York !. No me dirán que eso no es de ser raro.
Su antecesor, un tal Luis Salvador, entonces todavía del partido Ciudadanos… del que se fue cinco minutos antes de ser expulsado, ya había estado allí mucho antes acompañado por unas setenta personas. Fue a abrir mercados; a que lo recibiera Bill de Blasio; a hacerse fotos por la 5a Av y Times Square… y, sobre todo, a promocionar un libro ¿suyo? entre grandes productores para que lo llevaran al cine y votaran a favor de dedicarle una estrella en el paseo de la fama.
Lo que pudo suponer de beneficio para nuestra capital aquel viaje es una incógnita. Quién lo costeó, también. Fotos sí que se hizo ¡ cómo no !. No fue recibido por el alcalde de la mega ciudad, pero sí por alguien con un cargo parecido al cuñado del suplente del cuarto concejal del distrito de Harlem, a quien le plantó dos besos casi de tornillo y un abrazo sostenido. Allí, poco dados a esas expresiones de cariño, todavía se están preguntando quién era aquel español besucón que les soltó un discurso, osá, con las piernas entreabiertas.
En contraposición a esa gran operación comercial, Paco Cuenca sólo se ha limitado a ir a Logroño que coge más cerca, es más barato y no se hace el ridículo esperando ser aclamado a su paso. También ha estado en Sevilla, tal vez en Madrid y en nuestra costa.
Cuando un alcalde se mueve, algo tuyo y de tu ciudad se mueve. Aunque sea haciendo cosas de poca importancia como vigilar la limpieza, la iluminación, la pavimentación de las calles y ampliación de los distintos barrios, o preocuparse por las conexiones del AVE, del aeropuerto, de asuntos sociales o del bienestar de sus conciudadanos.
Démosle margen porque, quizá, se acerquen tiempos económicamente mejores. Eso le dará la posibilidad de poner en marcha iniciativas y proyectos bien guardados en cajones cerrados bajo siete llaves. Falta mucho por hacer y no debe dormirse.
¡Ah! y antes de que se me olvide, alcalde: se ha retomado una idea ya puesta en marcha hace algunos años, consistente en que el bus urbano de última hora de la noche ( Búho creo que lo llaman ) pare cada vez que una mujer lo solicite para de esa forma dejarla lo más cerca posible de su domicilio y procurar evitar que sufra alguna agresión. Eso está muy bien, pero … ¿pueden también solicitar parada particular los chicos jóvenes y las personas mayores con el fin de obtener la misma supuesta protección ?. Ellos también son vulnerables. De ser así, el “ Búho “ podría estar parando cada cien metros y se convertiría en un taxi enorme.
Está muy bien proteger a un sector, pero sin olvidar a otros.
Y persevere. No baje la guardia. Siga trabajando con ímpetu y ganas de engrandecer nuestra Granada. Esta es la segunda vez que está Vd en la parte más alta de la noria. Otras ha estado en mitad de esa rueda gigante. En el lado que subía, y en el que bajaba y siempre lo ha hecho,a mi juicio, con dignidad.
Que a Vd le vaya bien, porque todos ganaremos
Pronto vuelvo a dar a la palanca de la noria…
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