Detalles emergentes del ‘caso Rubiales’
A medida que va avanzando el ‘caso Rubiales’, se van conociendo nuevos detalles del mismo. Una de las personas implicadas en el caso es la jefa de prensa de la selección femenina, Patricia Pérez, más conocida como ‘Poki’. Esta semana, Patricia acudió a la Audiencia Nacional como testigo para explicar las supuestas presiones que recibieron tanto ella como la jugadora a fin de aceptar el documento donde se afirmaba que el beso fue consentido.

Coacciones y presiones a Patricia Pérez
La todavía jefa de prensa de la selección ha admitido ante el juez que recibió coacciones por parte de responsables de la RFEF y del propio expresidente de la RFEF, Luis Rubiales. Pérez habría admitido, según apuntan diversas fuentes, haber sido acosada para lograr que la futbolista diera el visto bueno a dicho comunicado. Además, se ha revelado que Patricia llegó a declarar ante el Comité de Integridad que apoyaba la versión de los responsables de la RFEF de que Jenni Hermoso había aceptado que se difundiera dicho comunicado, pero que lo hizo bajo presión y debido a las coacciones recibidas.
Encerrada en un despacho durante horas
La responsable de comunicación ha explicado que la mantuvieron encerrada en un despacho durante más de tres horas, en una reunión con sus superiores más directos y el propio Luis Rubiales. Según informa el portal de El Confidencial que ha tenido acceso a la denuncia, en esta reunión se intentaron fabricar pruebas falsas.
Denuncia formalizada y testimonios pendientes
Pérez formalizó su denuncia ante el departamento de Compliance de la RFEF, que está investigando el caso, y la ratificó ante el juez.
Por otro lado, las jugadoras de la Selección Alexia Putellas, Irene Paredes y Misa Rodríguez testificarán mañana lunes ante el juez que investiga al expresidente de la Federación Española de Fútbol Luis Rubiales por el beso en la boca que dio a Jenni Hermoso y las supuestas presiones que ésta habría recibido de él y su círculo más próximo para justificarlo.
Las internacionales comparecerán ante la Audiencia Nacional para dar su versión sobre lo ocurrido el pasado 20 de agosto, tras la victoria de la Selección de fútbol femenino en el Mundial de Australia. Además de las coacciones que se imputan tanto a Rubiales como a miembros de su equipo al frente de la RFEF días después para conseguir que Jenni Hermoso dijese que el beso fue consentido.