Luis Miguel Rodríguez Garzón

Ya está tan cerca que toda Granada huele a chimenea.
¿ No les da vergüenza ?
Les pregunto a los responsables de no tener los montes limpios. De esa dejadez canallesca que pulula por todos los campos de nuestra España. En muchos casos son políticos sin tener idea de qué es un pino, salvo para recoger piñas en Navidad y pintarlas de purpurina.
Ahora nos brillan demasiado los ojos a todos. A unos por el humo, a otros de pena y a la mayoría de puro asco hacia los ineptos que llevan a tantas gentes trabajadoras a la ruina.
Ha ardido mucha España este verano. No se limpian los montes, no hay ganados que hagan de bomberos comiendo yerbas que, cuando se secan, son pura tea lista para ser prendida por una persona mal nacida, por una imprudencia o por un rayo que nos está partiendo a todos.
Los Guajares ( Granada ) se ha convertido en un infierno en el que trabajan centenares de hombres y mujeres luchando como David contra Goliat.
Núcleos poblacionales confinados en sus casas y otros muchos abriendo cortafuegos con sus manos en los alrededores de sus propiedades. Todo a la desesperada. Otros huyendo con su ganado y sus animales de compañía. Y todos sabiendo que eso podría pasar. Y ha pasado. Porque son ellos los que saben y no los que van de vez en cuando diciendo que ellos sí que saben.
Pues ya está el cielo de buena parte de Granada rojo. Del mismo color de la colina en que se asienta la Alhambra que mira perpleja como avanzan los ejércitos de las llamas.