2.096 personas han perdido la vida por el coronavirus desde que se registró el primer fallecido en la provincia el 15 de marzo

M. Zugasti / Granada | 12 de noviembre de 2012
Hace hoy exactamente dos años el 12 de marzo de 2020, los ciudadanos de Granada se topaban de bruces con una pandemia. Hacía semanas que se seguía por televisión la irrupción del coronavirus, primero en China, con cierto interés casi de observador privilegiado. Después el virus irrumpió en Italia, la amenaza estaba más cercana, pero aún se celebraban con normalidad reuniones y concentraciones de personas. Incluso cuando el 11 de marzo la OMS declaró la pandemia mundial había cierta sensación de que era algo que afectaba a otros, como cuando se veían los reportajes de los estragos del ébola en África. El 12 de marzo se cerró la Alhambra, el símbolo de que sí, la pandemia mundial nos tocaba de lleno, la preparación mental al confinamiento domiciliario que se decretó el 14 de marzo y que entró en vigor el día siguiente. Dos años después, según los últimos datos ofrecidos por la Consejería de Salud, son 170.705 los positivos contabilizados en la provincia de Granada, el 18,5%, de los 921.338 habitantes. Es decir, casi uno de cada cinco granadinos han pasado el Covid.
Son más, pero con la sexta ola algunos casos quedaron fuera del radar de Salud y los datos oficiales se refieren a los positivos confirmados por PCR, por lo que tampoco se contabilizan las pruebas de antígenos positivas que no han sido confirmadas después.
11.083 personas han necesitado hospitalización, 1.232 de ellos en la UCI, mientras que han perdido la vida 2.096 personas. Estos son los datos, inimaginables hace dos años, además del impacto mental y económico que la pandemia ha tenido en el día a día.
En cuando a la vacunación, se han administrado 1.974.452 dosis, 831.088 con una dosis, 802.041 con la pauta completa 457.859 con la tercera dosis. La vacunación ha calado en casi todos los rangos de edad, llegando al 100% de 60 años en adelante, mientras que la vacunación entre los niños de 5 y 12 años no ha terminado de arrancar y, a día de hoy, el 19,7% ha recibido la pauta completa dentro de la campaña que comenzó a mediados de diciembre. En cuanto a las localidades, también hay municipios, generalmente en los que menos impacto ha tenido la pandemia, en el que los índices de vacunación no llegan al 50%. Se trata de localidades como Carataunas, Cástaras, Lobras, Turón y Torrenueva Costa, donde se ha vacunado el 41% de la población.
Evolución de la pandemia
Desde que el 13 de marzo se produjeron las primeras dos muertes por coronavirus en la provincia de Málaga, las víctimas mortales fueron en aumento hasta sumar 308 el primer mes de pandemia, con un incremento incesante en abril hasta las 930 víctimas, todo ello en pleno Estado de Alarma. Un hombre de 57 años fue el primer fallecido por coronavirus en Granada, el 15 de marzo.
En mayo empezó a bajar el número de fallecidos, lo que conllevó la flexibilización de las medidas restrictivas aprobadas en el estado de alarma decretado el 14 de marzo, y el descenso fue aún más acusado en junio, cuando Pedro Sánchez declaró que se había vencido al virus.
Era el final del confinamiento para “disfrutar” de las vacaciones de verano pero el virus permanecía vigente, como repetían sin cesar todos los expertos.
Y es que la “resaca” del verano supuso un ascenso continuo de contagios, de ingresos hospitalarios y de muertes. La Junta tuvo que poner en marcha nuevas restricciones y Granada se convirtió en el punto negro del coronavirus a nivel nacional en la segunda ola.
Andalucía limitó los movimientos solo a cada municipio, impuso el toque de queda a las 22.00 horas y el cierre de bares y de tiendas a las 18.00 horas, una medida muy criticada por el sector pero que se tradujo en una bajada importante especialmente en los ingresos hospitalarios.
La llegada de las vacunas
El domingo 27 de diciembre de 2020 se comenzaron a suministrar las primeras vacunas. 1.900 dosis fue la simbólica cantidad y la previsión, entonces, era la llegada semanal de 70.000 dosis. Desde esa fecha, los nombres de Astrazeneca, Pfizer y Moderna se hicieron comunes en las conversaciones del ciudadano.
Los mayores en residencias, el personal que les atiende y los profesionales sanitarios fueron la prioridad la vacunación. A partir de ahí, el resto de los ciudadanos de mayor a menor edad, y mientras tanto, volverían nuevas olas y con ellas la suspensión, por segundo año consecutivo, de las fiestas primaverales, entre ellas la Semana Santa.
La mayoría de los hospitales andaluces estaban a principios de año sin presión que les obligase a suspender intervenciones ni dar altas precipitadas o suprimir descansos a los profesionales, pero sí tomaban medidas ante el previsible incremento de ingresos por los nuevos casos de coronavirus de la tercera ola.
Aunque en el verano se mantuvieron restricciones, el turismo siguió llegando a las costas e interior de Andalucía, y desde la Junta se puso en marcha un refuerzo de 25.738 trabajadores sanitarios, un aumento del 86 % sobre los contratos de 2020.
Pese a la pandemia y la ausencia del turismo británico, Andalucía cerró el año con 20 millones de turistas, un 55 % más que el año anterior, pero todavía muy por debajo del 2019, el anterior a la crisis sanitaria, con 32,5 millones de turistas, un 6,1 % más que en el ejercicio precedente.
Nuevas variantes
Los últimos meses, los ciudadanos empezamos a convivir con nuevos nombres de variantes del virus, todas ellas letras griegas (alfa, beta, gamma) hasta la última ómicron, procedente de Sudáfrica. Y tras la tercera ola llegaron la cuarta y la quinta llegó la sexta sin solución de continuidad. El primer caso ómicron en Granada se notificó a mediados de diciembre, pero la variante ya estaba en el puente.
A principios de diciembre, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) comenzó a administrar las primeras dosis de la vacuna contra el coronavirus a los menores de 12 años, en unas fechas en las que aún existían aproximadamente 133.000 andaluces que se consideraban negacionistas y rechazaban la vacuna.
¿La última ola?
Muchos expertos hablan de la sexta ola como la última, porque bajan los contagios, la incidencia, las hospitalizaciones y los ingresados en la UCI, y la Junta de Andalucía empieza a valorar la vuelta a la normalidad en algunos aspectos, sobre todo los relativos a las mascarillas en las aulas.